Soneto al atardecer
Serena majestad te dio Natura:
preludio inaugural de anochecer.
¡Encantamiento, luz de ensombrecer,
admirada contemplo tu hermosura!
Muchos sueños adornan tus colores:
rosas, malvas, dorados… también grises,
-tonalidad de idilios infelices-
¡ostentosa paleta de pintores!
En ardiente homenaje a tu realeza,
el arpa se estremece, y conmovida:
canta un himno vibrante a la belleza.
¡Espera! No te pierdas en la noche,
que entre nubes y sombras escondida,
aun reluces, ¡Oh, Tarde!, como un broche.