¡Adiós! En la noche inmensa
y en alas del viento blando,
veré tu barca bogando,
la vela impoluta y tensa.
(fragmento)
Partirás sin que mi llanto
conmueva tu pecho duro,
cual las olas contra el muro
se estrellará mi quebranto.
Y yo, queriéndote tanto.
¿Por qué te vas, ignorando
estos ojos, que llorando,
te verán partir con pena…
sola quedaré en la arena
y en alas del viento blando.
quise escribir una glosa,
tomé al azar una rosa
y me puse a improvisar.
Pero me causa pesar
contar lo que ya he vivido…
Rescataré del olvido
alguna historia de amor,
-matizada de dolor-
como siempre lo he sentido.
la Espinela hasta mi Tierra.
¡Es hermosa! Ella encierra
lo mejor de ese camino.
Como regalo divino
en una tarde de calma,
-cantada con toda el alma
no importa si es extranjera…
La siento como si fuera:
¡cubana, como la palma!
Glosa a los versos de Antonio Machado:
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
(fragmento)
I
Naves al pairo, callados
como galeones antiguos,
por océanos ambiguos
navegamos abrazados.
Casi solos, ignorados,
al pasear por la alameda,
un susurro que remeda
la voz de un sauce llorón
nos dijo sin compasión:
Todo pasa y todo queda.
Prosa publicada en la antología del proyecto
MIL POEMAS A JOSE MARTI,
coordinado por el poeta chileno Alfred Asís.
¡Arpa soy, salterio soy,
Donde vibra el Universo;
Vengo del sol, y al sol voy,
Soy el amor: soy el verso!
Estalla el alma rendida
ante la estrella fugaz
que deja en la frente un haz
con resplandores de vida.
No importa que ya la herida
me desangre, porque estoy
sintiendo que ya me voy,
hacia regiones ignotas,
y aunque están mis cuerdas rotas:
¡Arpa soy, salterio soy!
Me estremece y me deslumbra
la claridad que percibo.
Tomo la pluma y escribo
para alejar la penumbra.
La poesía que se encumbra
sobre el espacio diverso,
esculpida en el reverso
del carbón, que ya es diamante;
salta fiera y palpitante
¡Donde vibra el Universo!
En blanca cabalgadura,
cual Quijote novelesco,
con mi adarga permanezco
erguido, con gran bravura.
Si he de morir, mi estatura
no menguará, porque hoy,
sigo siendo lo que soy,
(a pesar de absurda muerte),
siempre de cara a la suerte:
¡Vengo del sol, y al sol voy!
Quiero ser rayo de aurora
que esparce su luz primera:
¡Ser camino! ¡Ser bandera!
¡Ser el ojo que avisora!
Ser la rosa que enamora
y el metal bruñido y terso,
para fundir sin esfuerzo,
la espada de libertad
y decir: ¡Eternidad!:
¡Soy el amor: soy el verso!
de juvenil fantasía,
tocó la curva que huía
hacia el oscuro sendero.
Jadeante, palpó primero
con sus manos inseguras,
las débiles ataduras
del cofre que conservaba
y blandamente guardaba…
Eróticas esculturas.
Hoy no te traigo una flor
que te diga lo que siento.
Hoy te traigo el pensamiento
limpio y lleno de amor.
Porque un niño, con candor,
un poema te hizo a ti,
y veintiuna salvas sentí
que retumbaron serenas.
¡Hoy vi muchas manos llenas:
de flores para Martí!
del Centro de Estudios Poéticos de Madrid.
Es el sueño del marino
y el adorno de los mares.
Inspiración de cantares:
casi es un mito divino.
Con sus redes y su vino
sale al mar el pescador,
y en la barca el soñador,
escucha un dulce lamento.
¡Parece un encantamiento!
¡Una locura de amor!
Es la voz de la sirena,
tiene arpegios de cristal,
emerge entre espuma y sal
al salir la luna llena.
Ondula en la mar serena,
tras ella va el soñador…
Ya del alba, el resplandor,
divisa la barca sola,
y juguete de las olas:
el cuerpo del pescador.
patrocinado por la oficina del Historiador de la Ciudad, en el 2012.
San Cristóbal de La Habana,
tan antigua y juvenil,
eres la dama gentil
del Caribe: ¡Soberana!
Llega el sol en la mañana
tras la noche voluptuosa,
y descubre que amorosa,
maternal, desenfadada,
tu Giraldilla afamada;
es cada vez más virtuosa.
¡No hubo espada ni cañón
que doblegase tu frente
y hoy luces airosamente:
valentía y distinción.
Desde el viejo Malecón,
se ve a la mar poderosa
besar tu costa rocosa,
y ese faro que relumbra
desafiando la penumbra;
de mi Habana majestuosa!
Sombra y luz en lucha tensa
fundiéndose en un abrazo,
el Sol declina en su paso
y avanza la noche inmensa.
Como abanico de raso
dando alardes de grandeza,
desafiando la realeza
y la envidia del Parnaso:
¡Pare la Naturaleza:
el incomparable ocaso!
Tradicional Espinela:
te quieren hacer “Hip-Hop”,
alguien, con talento “ad hoc”,
tu estructura desmantela.
No sé realmente qué escuela
es la autora del dislate
y aunque de sabios se trate,
- digo yo – que transgredir,
nunca ha sido destruir…
Y queda abierto el debate.
Mudo amor, ceñido amor,
Oh, perpetuo flechador,
Por tu mañana de enero
Herido adalid, hondero,
(fragmento)
Mudo amor, ceñido amor,
te me escapas, inconstante,
no me dejas ni un instante
disfrutar de tu sabor.
Oh, perpetuo flechador,
con tus saetas de fuego,
me hieres, como en un juego,
en medio del corazón;
después te alejas, dulzón,
dejando en mi boca un ruego.
si acaba por cobardía,
que el amor es alegría;
no amargura ni dolor.
No alientes nunca el rencor
hacia el traidor que te hiere,
porque otro que bien te quiere
ya ocupará su lugar
y has de vivir y gozar…
Que de amor… ¡nadie se muere!
convocada por Diversidad Literaria.
Un verso de amor callado
gritó tu mirada triste,
ese verso que no diste,
está en mi pecho grabado.
Fuertemente aprisionado
Lo llevo desde ese día…
Y no encuentro todavía
una vitrina mejor,
para exhibir el valor
de tu verso; ¡vida mía!